Durante los meses de noviembre y diciembre del año pasado, mi compromiso con el desarrollo del proyecto PECDA Oaxaca continuó. Después de la fase inicial de exploración a través de la creación de un archivo de dibujos, me adentré en la tarea de clasificar estas obras basándome en el color. Esta segunda etapa no sólo significó dar vida a las imágenes originales con una paleta de colores, sino también introducir el color como un elemento igualmente crucial en la composición.
COMPLEJIZAR
El desafío radicó en ir más allá de la simple relación de formas y adentrarme en la conexión entre las artesanías a partir de criterios específicos, siendo el color mi brújula. La idea principal era tejer relaciones entre los objetos no solo por sus formas intrínsecas, sino también por la armonía cromática que compartían.
Mi objetivo en esta fase era claro: desarrollar directrices para la creación de los polípticos. Al fusionar las imágenes coloreadas con una disposición en forma de "X", comencé a visualizar cómo se manifestarían las composiciones en la realidad. Este ejercicio resultó en la creación de nueve ensayos, cada uno representando una triada de colores.
Opté por una triada clásica de colores, siguiendo el esquema tradicional del círculo cromático. Esta elección deliberada de simplicidad marca el comienzo hacia complejidades más profundas. A través de la combinación de colores de las artesanías locales, busqué transmitir no solo la estética visual, sino también las narrativas y mensajes que yacen en lo más profundo de este proyecto.
A medida que avanzo en esta fase creativa, cada etapa se convierte en una nueva exploración, un lienzo para transmitir cambios y continuidades en la cultura local. En cada composición veo no solo formas y colores, cada elección da forma no solo a imágenes, sino a una narrativa que reflexiona una parte de Oaxaca.
TRAS BASTIDORES
Esta fase ha resultado ser un desafío. Mi vida personal y las demandas de mi trabajo cotidiano se intensificaron, elevando mi ritmo laboral a niveles exigentes. No solo me enfrenté a la tarea de dedicar tiempo al proyecto, sino también a compromisos personales preestablecidos y otras responsabilidades.
La realidad de la producción artística es, en muchos sentidos, un equilibrio constante entre el trabajo creativo y las obligaciones diarias. Como artistas, compartimos una vida común y corriente, con sus propias demandas y compromisos. No siempre podemos centrarnos exclusivamente en un solo proyecto; a veces, la concentración se dispersa entre diversas responsabilidades.
Cada proyecto artístico tiene su propio ritmo y demanda una cantidad de tiempo única, dependiendo de sus necesidades y la etapa de desarrollo en la que se encuentre. En este contexto, es fundamental para nosotros, como artistas, planificar el proceso de producción para ejecutarlo lo mejor posible. La vida transcurre inexorablemente, y nuestro desafío es encontrar armonía entre nuestras obligaciones cotidianas y la dedicación a nuestra creación artística.
Me parece crucial desmitificar la imagen externa de los artistas como individuos que simplemente disfrutan de algo que los demás ven como una afición. La producción artística implica tiempo y esfuerzo considerable. En la primera parte de estos escritos sobre el PECDA, destacaba el compromiso inherente a ganar una beca: no solo se trata de obtener un premio o reconocimiento, sino de una responsabilidad asumida por el artista para producir algo valioso, considerando que se trabaja con fondos públicos.
Este proceso no debe permanecer en las sombras; es esencial hacerlo público para que más personas comprendan la naturaleza intrínseca de nuestro trabajo. La producción artística va más allá de la obra final expuesta; es un viaje que implica esfuerzo, reflexión y compromiso continuo. Compartir este camino nos permite construir un puente de comprensión, desafiando la percepción superficial y revelando la complejidad y dedicación que implica la vida de un artista.
Este sitio es apoyado por el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales
ARTISTIC PROJECT DEVELOPMENT: PECDA OAXACA. PART 2 (ES/EN)
During the months of November and December of last year, my commitment to the PECDA Oaxaca project continued to develop. After the initial phase of exploration through the creation of an archive of drawings, I delved into the task of classifying these works based on color. This second stage not only meant bringing the original images to life with a color palette, but also introducing color as an equally crucial element in the composition.
COMPLEXIZE
The challenge was to go beyond the simple relationship of shapes and delve into the connection between crafts based on specific criteria, with color being my compass. The main idea was to weave relationships between objects not only through their intrinsic shapes, but also through the chromatic harmony they shared.
My objective in this phase was clear: to develop guidelines for the creation of the polyptychs. By merging the colored images into an "X" arrangement, I began to visualize how the compositions would manifest in reality. This exercise resulted in the creation of nine essays, each representing a color triad.
I opted for a classic triad of colors, following the traditional color wheel scheme. This deliberate choice of simplicity marks the beginning towards deeper complexities. Through the color combination of local crafts, I sought to convey not only the visual aesthetics, but also the narratives and messages that lie deep within this project.
As I progress through this creative phase, each stage becomes a new exploration, a canvas to convey changes and continuities in local culture. In each composition I see not only shapes and colors, each choice shapes not only images, but a narrative that reflects a part of Oaxaca.
BACK STAGE
This phase has proven to be challenging. My personal life and the demands of my daily work intensified, raising my work pace to demanding levels. I was not only faced with the task of dedicating time to the project, but also pre-arranged personal commitments and other responsibilities.
The reality of artistic production is, in many ways, a constant balance between creative work and daily obligations. As artists, we share an ordinary life, with its own demands and commitments. We can't always focus exclusively on a single project; Sometimes concentration is dispersed among various responsibilities.
Each artistic project has its own pace and demands a unique amount of time, depending on your needs and the stage of development you are at. In this context, it is essential for us, as artists, to plan the production process to execute it as best as possible. Life passes inexorably, and our challenge is to find harmony between our daily obligations and dedication to our artistic creation.
I find it crucial to demystify the external image of artists as individuals who simply enjoy something that others see as a hobby. Artistic production involves considerable time and effort. In the first part of these writings about the PECDA, I highlighted the commitment inherent in winning a scholarship: it is not only about obtaining a prize or recognition, but about a responsibility assumed by the artist to produce something valuable, considering that one is working with funds public.
This process should not remain in the shadows; It is essential to make it public so that more people understand the intrinsic nature of our work. The artistic production goes beyond the final work exhibited; It is a journey that involves effort, reflection and continuous commitment. Sharing this path allows us to build a bridge of understanding, challenging superficial perception and revealing the complexity and dedication that the life of an artist entails.
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