El año pasado, mientras estaba haciendo un collage, tomé varios pedazos de papel de colores que iban destinados a la basura y los metí en mi escáner. No tenía una finalidad per se, me gustaba las composiciones que hacía el papel de manera aleatoria, como una especie de pintura abstracta, moderna, con cierta reminiscencia a algunas pinturas de Mathias Goeritz. Quise guardar todo eso, maximizar la vida de los materiales.
En uno de esos registros, tenía varios pedazos uniformes de papel revolución, sin color ni nada, los metí una y otra vez –creo que, al final, fueron unas treinta- al escáner. En cada nuevo registro los movía, los arrugaba, los rompía. Al final terminé el experimento.
Como proceso me gustó bastante soltarme, jugar sin ningún tipo de objetivo, sólo por el gusto de ver qué pasaba, qué resultados obtenía. Tomé la precaución de guardar los archivos en una carpeta, por si se me ocurría algo más, lo cual no ocurrió el resto del año.
Fue hasta el inicio de este, cuando estaba ordenando archivos de la compu, para ver cuáles se tiraban y cuáles seguían, que me topé con las carpeta de papeles escaneados llamada “Tigre de papel”. Este término se utiliza para designar algo que aparenta ser una amenaza pero es en realidad inofensivo. En mi caso, veía –veo- un potencial en este proyecto, pero no podía vislumbrar en ese momento cuál podría ser.
Aún ahora todavía no puedo decir, a ciencia cierta, su valor. Comencé a imprimir e intervenir varios de estos registros de diferentes formas, las que se me ocurriesen, sin pensar tanto en una finalidad, al menos una clara. Dentro de las ideas que he ido manejando en su desarrollo están los procesos de representación digitales, a través de la maquina, los procesos manuales, el azar y el control, el blanco y negro, el uso del color, etc.
Ahora, a la par de la ejecución material, está la investigación de los conceptos mencionados arriba. Años antes, mantenía separados estos procesos, primero investigaba toda la teoría que encontraba acerca de mi proyecto y luego producía con base en lo que había encontrado. La verdad, era un proceso muy sufrido para mí porque en el camino de leer se me ocurrían cosas que me impedía hacer ya que “todavía no estaba en esa etapa”. Lo malo era que, cuando ya estaba ahí, tampoco lo hacía porque se me olvidaba o no integraba lo investigado con lo producido, en fin, un mal negocio.
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Ahora comienza un nuevo mes, en el que tengo que seguir con este proyecto, ya les iré contando cómo me está yendo y qué cosas se me han ocurrido. Espero que me acompañen en esta nueva aventur
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