Después de un número de pruebas que consideré suficiente, aunque básicamente un proceso creativo podría durar cuasi infinitamente, decidí terminar la etapa de pre producción. Al final terminé con algunas ideas para producir un número de piezas “introductorias”, las llamo así porque la idea es que de esas piezas van a salir más, con el tiempo, es decir el resto del año.
Algo que ayudó mucho fue la visita de un artista y coleccionista suizo llamado Marco Schmid. Platicar con él le dio claridad a lo que estaba haciendo. Generalmente hablar sobre lo que haces a una tercera persona ayuda, externar las ideas en voz alta con la finalidad que la otra persona pueda entender es un muy buen ejercicio para articular un proyecto de arte… y creo que de casi cualquier cosa.
Reuní todas las pruebas, papeles intervenidos y los pegué en la pared de mi estudio/departamento; esto formó un moodboard que ayudó a tener un panorama general de todo lo que había hecho. Con todo visible me fue más fácil relacionar las imágenes. También me ayudó a ver que algunas de las ideas que pensaba que funcionaban en realidad no lo hacían.
En todo proceso de producción hay un montón de ideas que surgen, se prueban y se desechan, es muy raro que una idea sea concebida y ejecutada sin sufrir ningún tipo de cambio. En lo personal yo no creo en la “inspiración”, para mi las soluciones son fruto del trabajo y la investigación. Si bien hay momentos en donde la mente articula y relaciona cosas que dan como resultado lo que estamos buscando, es gracias a todo lo hecho con antelación, imágenes, experiencia, experimentación, escritura, etc.
Y bueno, hablando de eso, también aproveché para leer un poco acerca de los temas que relaciono con el proyecto que estoy haciendo, lo cual continuará hasta que lo dé por terminado.
He tratado de organizarme porque tengo varias cosas que quiero hacer, pendientes y no tan pendientes, cosas que me gustan, que me hacen bien y las necesito en mi vida para funcionar; también hay otras que no me gustan tanto, pero igualmente me benefician, la sutil diferencia entre lo que uno quiere y lo que necesita.
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Estoy contento de tener una idea definida para desarrollar, cuando comenzó el año pensaba que para estas alturas este sería un proyecto terminado y que estaría haciendo otra cosa… lo cual en parte es cierto, he ido desarrollando otras ideas a la par de esta, pero he decidido centrarme porque es importante terminar los proyectos. Anteriormente comenzaba las cosas con mucha motivación, la cual se iba diluyendo al pasar los meses porque la cuestión no avanzaba. Esto ocasionó muchas veces que pospusiera indefinidamente, o de plano abandonara. Este año quiero terminar algo, porque ya es hora de cerrar para poder seguir adelante.
Siempre hay cosas que se extrañan y se quisieran retomar, pero primero lo primero: concluir.